Luz color vinagre en medio de un cielo que no da,
han bajado figuras celestiales, y tú,
perdido en la nubla de lo cotidiano,
y yo, como si fuera algo casi inmortal.
Trato de parar el segundo,
pensando que el viento puede regresar un poco,
despeinarme hacia atrás,
parar el segundo y guardarte el momento
para cuando puedas..
Y lejos de la maravilla,
hay flores que regar,
el bendito jardin del edén no crece solo,
implica tiempo y cosas que aqui ya no hay.
Destinados entonces todos,
a vivir en este infierno sin final,
que no es más que un paraíso disfrazado de amigo de toda la vida,
de confianza, y de ajena libertad.
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